Compromiso con la justicia educativa e inversión con foco en estudiantes: libro rescata claves para un mejoramiento escolar sostenido en Latinoamérica

19 de Enero de 2022
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Se trata del libro “La Mejora Sistémica de la Educación. Casos de Estudio en América Latina” que incluyó la experiencia de las comunas de San Nicolás y Loncoche en Chile.

“Este libro permite sacar lecciones para la política educacional y debería ser materia de estudio de quienes se interesen en mejorar la educación pública en América Latina y Chile”, señala el investigador del CIAE Cristian Bellei, sobre el texto “La Mejora Sistémica de la Educación. Casos de Estudio en América Latina”, publicado en octubre del 2021 por CIAESA, el Instituto Natura, la Universidad de San Andrés y la Fundación Santillana, y en el que participó redactando un capítulo junto al investigador de la Universidad Diego Portales, Gonzalo Muñoz, y la investigadora asistente del CIAE, Mariana Contreras. 

 El libro, editado por el doctor en Ciencias Sociales Axel Rivas y que contó con la participación de diversos investigadores de seis países de América Latina, presenta los resultados de una investigación internacional que analizó casos destacados de mejoramiento escolar en la región, todos muy distintos entre sí y regulados por políticas nacionales y locales muy variadas. Para la socióloga, coautora del capítulo y asistente de investigación del CIAE, Mariana Contreras, esto es muy interesante, pues “permite aprender de estos casos además de mirar y ponderar los nacionales dentro del contexto latinoamericano”. 

 En su tercer capítulo, el libro incluye la experiencia de Chile, específicamente de los sostenedores educativos de los municipios de San Nicolás y Loncoche, que han alcanzado trayectorias de mejora consistentes en los últimos años. “No hay muchos estudios realizados sobre la gestión que realizan los actores del nivel intermedio y menos, respecto a casos que han tenido buenos resultados, aún cuando lo que pasa en este nivel resulta clave para enmarcar el trabajo de las escuelas”, señala Mariana Contreras.  

 Los autores sostienen que parte de la importancia de estas experiencias radica en que están inmersas en un contexto de reformas y políticas educativas insuficientes. Si bien enfatizan que en los últimos años ha habido logros en los aprendizajes, estos no han sido sostenidos en el tiempo, causando privatización y segregación social y académica. Según indican en el documento, “la educación pública ha pasado de educar a casi el 90% de los estudiantes chilenos en 1980 a alrededor del 35% en la actualidad”.

 Sobre esto, Contreras afirma que “en un contexto nacional en el que por décadas la educación municipal ha tenido en general magros resultados, dar cuenta del trabajo de sostenedores municipales que sí han logrado alcanzar objetivos, es relevante, pues permite poner estas experiencias a disposición de otros sostenedores que están pensando cómo mejorar sus procesos”. 

 Algo con lo que concuerda el investigador del CIAE Cristián Bellei, al señalar que este estudio permite entender la importancia de tener y fortalecer instituciones públicas de gestión y política educacional a nivel local, lo cual ha sido una enorme debilidad, que solo ha permitido contar con pocas excepciones como estos dos casos estudiados”, agregando que, “es de esperar que los nuevos Servicios Locales de Educación cubran ese enorme vacío existente”. 

 Cuatro elementos que explican el buen desempeño de San Nicolás y Loncoche

En el texto se describe que San Nicolás es una comuna con notables mejoras en materia de educación, que ha logrado garantizar educación pública por medio de la innovación y el fortalecimiento de la confianza con las familias y el diálogo en red entre escuelas. Por su parte, Loncoche en contraste con la realidad del país, logró aumentar su matrícula pública, la mayoría de los estudiantes asisten a establecimientos de educación pública (56% en primaria y dos tercios en secundaria), y esta proporción ha aumentado en 4 puntos porcentuales en la última década. 

Ambos son casos de municipios semi rurales, que concentran mayoritariamente estudiantes con altos índices de vulnerabilidad: “Entonces son casos que se vuelven aún más relevantes porque son proyectos educativos abiertos, no selectivos, que trabajan con todos los estudiantes de sus comunidades sin distinción alguna”, señala Contreras. 

 ¿A qué se deben estos logros y qué se puede aprender? Hay cuatro elementos centrales que explican su buen desempeño: el compromiso con la justicia educativa como visión e inspiración, máxima inversión al servicio de los estudiantes, desarrollo de capacidades profesionales en las mismas escuelas y liceos (el saber profesional está en las escuelas), y la estabilidad de las políticas y equipos locales de educación. 

 En el caso de San Nicolás, por ejemplo, han sido claves las claras convicciones políticas e ideológicas que sustentan el modelo educativo, con un discurso que se basa en la justicia social y una fuerte valoración de la educación pública, así como la convicción de servicio a la comunidad desde el alcalde y hasta los auxiliares

En esta línea, Bellei rescata la importancia de introducir nociones de justicia, inclusión e integralidad en educación: “la educación del siglo XXI debe tener estos tres principios como su norte, y estos casos muestran que es posible, pero muy difícil de lograr en Chile porque muchas veces las políticas apuntan en el sentido opuesto: la competencia, la segregación, y los puntajes en pruebas estandarizadas. Las reformas deben ayudar a que estos principios sean valorados, incentivados por el sistema, y no un esfuerzo de quijotes que van a contrapelo de las políticas”.

Sobre el segundo elemento, ambos municipios han priorizado el desarrollar capacidades profesionales en las escuelas y liceos, lo que implica confiar en las capacidades profesionales, dar autonomía pedagógica a las escuelas y estar abiertos a la innovación, entre otros. “P rofesionalizar el trabajo educativo en todos sus niveles, la gestión institucional, la gestión de escuelas y el trabajo pedagógico, esto supone poner el sistema y las políticas al servicio del trabajo educativo, y no al revés”, señala Bellei.

Por otra parte, en ambas localidades existe consenso en invertir recursos públicos en áreas de alto impacto educativo y con foco en los estudiantes, lo que ha fortalecido los equipos de apoyo psicosocial en las escuelas y la formación integral con una amplia oferta de talleres extracurriculares. Esto contrasta con otras experiencias a nivel país donde, según indica el texto, “es frecuente que los municipios hagan compras «estándar» que «envían» a las escuelas con la esperanza de que les sirvan”. 

Un elemento final que se destaca es la estabilidad de los equipos a medio y largo plazo de los equipos locales y directivos, y en un fortalecimiento del nivel intermedio.  En el caso de San Nicolás, por ejemplo, tanto el DAEM como los liceos cuentan con una planta docentes estable y  la rotación es casi inexistente, debido al compromiso con sus estudiantes y las buenas condiciones laborales con posibilidades de promoción y desarrollo profesional, indican los autores. 


Fuente: Catalina Fuentes, Comunicaciones CIAE

Palabras Clave: mejoramiento escolar  
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