En el año 2000, según datos de Casen, el 71,9% de la población mapuche del país no leía ni hablaba el idioma, el 14% sólo entendía y otro 14,2% leía y entendía la lengua. Para 2011, la cifra de quienes no leían ni hablaban había subido a 77,9% y el número de personas que leían y entendían la lengua había bajado a 11%.
Revitalizar la lengua y cultura indígena en las escuelas del país fue uno de los motivos que impulsó al Ministerio de Educación en 2010 a crear el “Sector Lengua Indígena” dentro del currículo escolar en aquellos establecimientos con un 20% o más de concentración de estudiantes de ascendencia indígena (mapuche, aymara, quechua o rapanui). La implementación del sector, que empezó en 1º básico ese año y se proyecta llegará a 8º básico en el año 2017, está a cargo de una dupla pedagógica, conformada por un profesor tutor y un Educador Tradicional.
Los Educadores Tradicionales son personas validadas por la comunidad, que hablan la lengua y conocen la cultura y son contratados por el Mineduc para enseñarlas en las escuelas. Según el registro del Mineduc, hasta el año 2010 había 323 educadores tradicionales, de quienes 275 eran mapuche. A la vez, 468 colegios habían implementado el sector.
Un estudio realizado por el Centro de Investigación Avanzada en Educación de la U. de Chile y financiado por el Fondo de Investigación y Desarrollo del Mineduc (Fonide) indagó, por primera vez, en las percepciones y competencias de los Educadores Tradicionales mapuche en cuanto a su función docente en la implementación del Sector Lengua Indígena.
Sus resultados fueron presentados el viernes 28 de noviembre en un seminario organizado por el Centro de Investigación Avanzada en Educación. El evento contó con la participación de la investigadora del CIAE y una de las autoras del estudio, Carmen Sotomayor; del director del Centro de Políticas Comparadas en Educación, Ernesto Treviño; Juana Soñan, educadora tradicional mapuche; y Javier Quidel, del programa de Educación Intercultural Bilingüe del Ministerio de Educación.
El estudio detectó una alta competencia lingüística de parte de los Educadores Tradicionales. “Los educadores tradicionales tienen una alta competencia lingüística del mapudungun. Un tercio aprendió mapudungun como primera lengua y otro tercio lo aprendió al mismo tiempo que el castellano, lo que les da una fortaleza en su uso, puesto que mientras más temprano se aprende una lengua, su dominio es más fluido”, declaró Carmen Sotomayor, una de las autoras del estudio.
Sotomayor detalló la situación del mapudungun en el país y la importancia del sector lengua indígena en ese contexto. “El mapudungun se encuentra en una situación de diglosia respecto del castellano, lo que lo ha llevado a una progresiva difuminación”, explicó, añadiendo que la implementación del sector fue un cambio fundamental para revitalizar la lengua, política que se sumó a las iniciadas en 1996 cuando el Mineduc creó el Programa de Educación Intercultural Bilingüe como plan piloto.
Principales resultados
El estudio del CIAE analizó cuatro variables: la competencia lingüística, definida como habilidades y conocimientos que permiten que los hablantes de una comunidad lingüística puedan comprenderse; la actitud lingüística, es decir, las actitudes que los hablantes de diferentes lenguas o variedades lingüísticas tienen respecto a las lenguas ajenas o a su propia lengua; la competencia intercultural, esto es, las competencias que un sujeto debe movilizar en un escenario cultural distinto del propio, con la posibilidad de generar expresiones culturales compartidas; y las condiciones de implementación del sector lengua indígena, por ejemplo el tipo de contrato de los educadores tradicionales y su caracterización general.
Sotomayor explicó que el estudio se enfocó en estos aspectos, porque para enseñar una lengua es necesaria la competencia lingüística y la valoración de dicha lengua, en especial porque en el caso de lenguas en situación de diglosia, como el mapudungun, no siempre hay una actitud positiva frente a ellas. Además, agregó, el Educador Tradicional requiere una capacidad para generar un diálogo entre la cultura mapuche y la cultura no mapuche (occidental), presente en la institución escolar, y debe tener una sensibilidad para asumir estas diferencias.
El estudio encontró una alta motivación de los educadores para enseñar la lengua y la cultura y un creciente apoyo de su parte para ampliar la cobertura de la asignatura al resto de las escuelas chilenas.
Además, constató un amplio conocimiento de la cultura mapuche y una buena relación laboral con el profesor mentor. “La motivación de los educadores tradicionales mapuche por enseñar su lengua y su cultura a los niños es muy alta. Esto se relaciona con una actitud muy positiva hacia la lengua mapudungun y hacia esta nueva asignatura. Es lo que se llama "lealtad lingüística", que se encuentra en todos los pueblos originarios, ya que la lengua les otorga identidad y les ayuda a preservar su cultura”, explicó Sotomayor.
El estudio se realizó mediante una encuesta censal a 208 educadores y tres estudios de caso. El 26% de los educadores encuestados tenía entre 40 y 49 años y el 27% entre 30 y 39 años. El 67% eran mujeres. La mitad tenía Enseñanza Media completa o incompleta.
El análisis también detectó desafíos: donde se hace un uso más intensivo de la lengua es en ceremonias tradicionales y encuentros mapuche (trawün) en zonas rurales. En zonas urbanas, el uso es mucho más reducido, pero cuando se habla es también en ceremonias y trawün y muy poco en contextos funcionales. “Esto muestra el poco uso del mapudungun en espacios que no son los tradicionales. Como se sabe, cuando los contextos de uso de una lengua no son funcionales, la lengua tiende a difuminarse, porque queda restringida a los espacios privados o ceremoniales”, dijo Sotomayor.
Además, el estudio detectó que la alta competencia de parte de los educadores no se traduce necesariamente en un uso efectivo en la sala de clases, por el desconocimiento del mapudungun por parte de los estudiantes y la baja vitalidad lingüística en el contexto que circunda a la escuela.
Para Sotomayor, dichos desafíos implican que el sector debe transformarse en una asignatura para todos los establecimientos dentro del currículo escolar. “Ello nos permitiría reconocer y entender la diversidad cultural que tenemos en Chile. La diversidad de culturas enriquece la visión de los niños y los forma de un modo más abierto y acogedor, los forma en el diálogo y en la convivencia con otros. En el futuro, esta competencia intercultural será cada vez más esencial, por la globalización y la inmigración”, dijo la investigadora.
Además, señala que el aprendizaje de una segunda lengua fomenta la reflexión y el análisis sobre la propia lengua. “Esto es determinante para el desarrollo del lenguaje y para el aprendizaje de cualquier otra lengua, lo que será cada vez más imprescindible en la sociedad actual”, concluyó.
Por su parte, el director del Centro de Políticas Comparadas en Educación, Ernesto Treviño, dijo que la política pública ha tenido muchos vaivenes y muchas veces ha ocupado un lugar minoritario dentro de las políticas. Añadió que no se puede revitalizar la lengua sólo desde la escuela, aunque aclaró que el Sector Lengua Indígena ha ayudado a incorporar la interculturalidad en los establecimientos escolares.
Por su parte, Javier Quidel, del programa de Educación Intercultural Bilingüe del Mineduc, explicó que el sector tiene algunos desafíos, como el de repensar las prácticas educativas y la institucionalidad del sector. “Por el hecho de ser un programa, éste no es capaz de responder a todas las necesidades de los pueblos indígenas. Estamos repensando la institucionalidad para llevar adelante un proyecto de política lingüistica”, dijo. Añadió que también se está pensando en repensar la formación de los educadores, al menos en el sector de alta población indígena.
Por su parte, Juana Soñan repasó su experiencia pedagógica como educadora tradicional bilingüe y mostró un video de su trabajo en las escuelas Juan de Dios Aldea y Las Américas 523 de La Pintana. De acuerdo a su vivencia como educadora, el rol de los directivos es fundamental para que el Sector Lengua Indígena sea acogido por la comunidad escolar. Sin este apoyo, los educadores se encuentran muy solos y suelen enfrentar situaciones de rechazo en las escuelas.
Fuente: Comunicaciones CIAE